Por Mireia Coma-Cros
En diciembre de 2022, McKinsey Health Institute, una prestigiosa entidad dedicada a la investigación de la salud vinculada a McKinsey & Company (una de las consultoras estratégicas más importantes del mundo), publicó un revelador informe titulado “¿El secreto de una buena salud? Escapar de la matrix de sanidad” (1). Esta investigación, que resumimos en este artículo, afirma que la salud integral está compuesta por cuatros aspectos -la salud física, la salud mental, la salud social y la salud espiritual-, que todas son igualmente importantes y están profundamente interconectadas.
¿Por qué este informe es tan relevante?
Porque es la demostración de que, en cuestión se salud, nos hallamos ante un nuevo enfoque.
- La ciencia moderna occidental se basa en el método científico creado por Descartes. Un método reduccionista que se caracteriza por dividir los problemas en tantas partes cómo sea posible con el fin de resolverlos mejor y que concibe el cuerpo y la mente como entidades distintas e inexorablemente separadas entre sí. Gracias a este sistema se ha podido ir al fondo de los órganos y células y salvar con ello millones de vidas, sin embargo, en medicina, a veces conlleva una excesiva simplificación que puede reducir una situación compleja a una o dos causas e impedir llegar al origen del problema.
- El nuevo enfoque descrito en el informe asume este método, pero lo amplia destacando que el ser humano constituye un todo formado por distintas dimensiones (física, mental, social y espiritual), todas igualmente importantes e interconectadas entre sí.
Porque propone un enfoque de la medicina que, en lugar de estar centrado en la enfermedad, está centrado en la persona y se preocupa de atender, en consecuencia, todas las dimensiones que la configuran.
- Resolviendo los problemas médicos pertinentes, pero, también, abordando las posibles causas subyacentes que contribuyen a ellos.
- Potenciando una estrecha colaboración entre todas las partes del sistema de atención médica (incluidos médicos, aseguradoras, proveedores de servicios y pacientes).
- Promoviendo la prevención y el empoderamiento de la persona como elementos clave para mejorar la salud, construyendo de esta forma un sistema sanitario más sostenible y costo-efectivo.
- Y porque, según nuestra opinión, justifica y promueve el yoga, una metodología especialmente diseñada para equilibrar todas las dimensiones que configuran al individuo, como herramienta para desarrollar una salud integral individual, como práctica complementaria en el sistema sanitario y, por lo tanto, como una disciplina que apoya este nuevo enfoque.
Cuando nos situamos fuera de la matrix de la sanidad convencional, observamos que:
- El sufrimiento que soportamos para alcanzar la longevidad es inaceptable e innecesario.
- La salud mental, social y espiritual son tan importantes como la salud física y está tan interconectadas.
- La salud tiene que ver, sobre todo, con nuestra capacidad para funcionar, no sólo con la enfermedad y la muerte.
- La salud existe en un espectro: no podemos alcanzar una salud óptima si no la definimos, medimos o nos esforzamos por conseguirla.
- La mayoría de los factores que influyen en la salud quedan fuera de los sistemas sanitarios convencionales y son modificables.
- Alcanzar una buena salud depende tanto de lo que perseguimos como de lo que evitamos.
- Las personas somos más que “pacientes”. Merecemos ser empoderadas con más conocimientos sobre nuestra salud.
- La historia nos enseña que los cambios en materia de salud son posibles. Cada persona e institución en el mundo tienen su rol.
Algunos detalles interesantes del informe
Actualmente vivimos más, pero a costa de vivir los últimos años con peor salud
¿Aceptarías pasar los últimos 20 o 30 años de tu vida con una salud mediocre y que, en la última década, tu salud fuera tan mala que no pudieras recordar a tus nietos, usar independientemente el baño, tener sexo o poder dar la vuelta a la manzana caminando?
Pues esto es lo que describe el siguiente gráfico.
Los niños que nacen ahora vivirán 20 años más que sus abuelos nacidos en 1960 (2). Es una buena noticia. Pero si no se realizan cambios drásticos como los que se mencionan en esta investigación, los estudios indican que por cada año extra añadido se sumará medio año de una salud mediocre o muy mala (es una tendencia que se ha mantenido en las últimas décadas).
El sistema sanitario convencional (matrix) se enfoca estrictamente en la salud física, sin embargo…
En una encuesta realizada a 19.000 personas de 19 países (3), el 85% de los encuestados afirmaron que su salud mental era tan importante como su salud física. Añadieron además que su salud espiritual y social también eran «extremadamente importantes» o «muy importantes.»
Una creciente y numerosa literatura científica se está poniendo a la altura de miles de años de enseñanzas filosóficas y religiosas y empiezan a reconocer el vínculo entre cuerpo, mente y espíritu. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Michigan llegaron a la conclusión de que las personas sin un propósito vital firme tenían más del doble de probabilidades de fallecer, concretamente de enfermedades cardiovasculares, que las que sí lo tenían (4).
La salud consiste más en gozar de una buena funcionalidad, que en la ausencia de enfermedad
La ausencia de enfermedad no equivale necesariamente a buena salud y, de igual modo, la presencia de una enfermedad no tiene porqué reducir la funcionalidad (sobre todo si los síntomas están bien gestionados).
Cuando hablamos de salud integral aspiramos a algo más que a no estar enfermos, con discapacidad o ideas suicidas. Queremos sentirnos vitales, centrados, tener resistencia y fuerza. Queremos que nuestro cerebro funcione lo mejor posible. Queremos poder crear una intimidad significativa en nuestras relaciones. Queremos poder caminar, jugar o llevar peso durante el mayor tiempo posible y sin molestias.
La mayoría de los potenciadores de una buena salud integral se hallan fuera del sistema sanitario convencional (matrix) y son modificables
¿Si hubiera un aspecto de tu vida, que estuviera bajo tu control y redujera en un 25% el riesgo de desarrollar demencia te gustaría saber conocerlo? ¿Querrías que tu médico te informara de ello? ¿Te gustaría que tu gobierno, sistema médico o compañía de seguros te ayudaran a incorporarlo en tu vida?
19 de los 23 aspectos que potencian una salud integral identificados en la presente investigación (ver la tabla inferior) se hallan fuera del sistema sanitario convencional (matrix). Son aspectos que tienen un impacto directo e independiente en nuestra salud y que tienen que ver con aquello que ponemos en nuestro cuerpo, cómo pasamos el tiempo, cuándo y cómo nos movemos, a qué exponemos nuestros cuerpos y mentes y las creencias que tenemos sobre la realidad, sobre nosotros mismos y las otras personas.
Miles de estudios señalan que, a menudo, estos potenciadores de la salud constituyen la diferencia entre una buena funcionalidad y décadas de pobre salud y/o muerte prematura. Algunos ejemplos:
Abundante investigación demuestra que el ejercicio, por sí solo, puede prolongar la vida entre tres y cinco años y mejorar la calidad de vida entre cinco y diez años (5).
Las personas optimistas/positivas (una actitud que se aprende) tienen un 35% menos de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares en comparación con las personas pesimistas. También se demuestra que reduce la depresión, la ansiedad y mejora la función del sistema inmunitario.
Decenas de estudios demuestran que caminar reduce el dolor crónico, fortalece el sistema inmunológico y disminuye la ansiedad, la tristeza y la fatiga (6).
Las personas somos más que pacientes y merecemos ser empoderados con conocimientos sobre nuestra salud
Según el diccionario Merriam-Webster’s, “paciente” es aquella persona que espera o recibe tratamiento.
En Europa, menos del 20% de la población considera que tiene buenos conocimientos sobre salud (7) (durante el covid el 50% reconoció no disponer de las competencias necesarias para cuidar su salud) (8).
Los antiguos yoguis fueron algunos de los seres más sabios del planeta. Conocedores de la profunda interconexión que define la realidad, crearon una disciplina para influir positivamente en todas las dimensiones del ser humano y, de esta forma, equilibrarlo, desarrollar todo su potencial y crear las bases para que éste pudiera gozar de una profunda paz. Una disciplina que, como manifiesta este riguroso informe, se revela hoy más necesaria que nunca.
Namasté.
- Hartenstein, L., & Latkovic, T. (2022). The secret to great health? Escaping the healthcare matrix. https://www.mckinsey.com/mhi/our-insights/the-secret-to-great-health-escaping-the-healthcare-matrix
- Life expectancy at birth, total (years) database, “World Bank Data, accessed December 13, 2021;” “Global burden of disease study 2019, demographics 1950-2019, “Institute for Health Metrics and Evaluation, accessed December 13, 2021.
- Clément Desmouceaux, Martin Dewhurst, Daphné Maurel, and Lorenzo Pautasso, “in sickness and in health: How health is percived around the world,” McKinsey, July 21, 2022
- Alimujiang, A., Wiensch, A., Boss, J., Fleischer, N. L., Mondul, A. M., McLean, K., … & Pearce, C. L. (2019). Association between life purpose and mortality among US adults older than 50 years. JAMA network open, 2(5), e194270-e194270.
- Mandsager, K., Harb, S., Cremer, P., Phelan, D., Nissen, S. E., & Jaber, W. (2018). Association of cardiorespiratory fitness with long-term mortality among adults undergoing exercise treadmill testing. JAMA network open, 1(6), e183605-e183605. Lee, D. H., Rezende, L. F., Joh, H. K., Keum, N., Ferrari, G., Rey-Lopez, J. P., … & Giovannucci, E. L. (2022). Long-term leisure-time physical activity intensity and all-cause and cause-specific mortality: a prospective cohort of US adults. Circulation, 146(7), 523-534. Reimers, C. D., Knapp, G., & Reimers, A. K. (2012). Does physical activity increase life expectancy? A review of the literature. Journal of aging research, 2012. Choi, K. W., Chen, C. Y., Stein, M. B., Klimentidis, Y. C., Wang, M. J., Koenen, K. C., & Smoller, J. W. (2019). Assessment of bidirectional relationships between physical activity and depression among adults: a 2-sample mendelian randomization study. JAMA psychiatry, 76(4), 399-408.
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