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Arancha

El yoga llegó a la vida de Arancha hace más de 12 años y, como la mayoría, empezó en ello por lo físico, por las asanas. Poco a poco se adentró más y más y se dio cuenta de que aquello era una mínima parte del yoga. Ahí es cuando cambió su vida, decidió dejar su trabajo y dedicarse al Yoga. Estudió 200h en la escuela internacional de Yoga en Madrid y cuando terminó se fue más de un mes a la India, donde estudió 300 horas en Rishikulyogashala en Reishikesh. Estar allí le cambió muchísimo más, entender el Yoga como un estilo de vida,  que trasciende nuestra vida y va más allá. 

 

Conoció a Yoga Sin Fronteras al hacer nuestra formación de yoga para embarazadas y le encantó nuestro amor por el yoga y el hecho de que pueda llegar a todo el mundo sin excepciones. Supo que quería formar parte de este proyecto tan bonito, y gracias a eso ahora puede ofrecer clases en la fundación Aprocor, algo que llena a Arancha por todo lo que recibe.

Voluntaria de Yoga Sin Fronteras