Argentina de raíces y ciudadana del mundo de corazón, me dedique en mi corta vida a investigar cosas nuevas. Me formé como profesora de Educación Física, Terapeuta Reiki y Profesora de Yoga. Amante de nuevos desafíos, inquieta por naturaleza, el yoga llegó a mi vida como una herramienta de descubrimiento personal y como un bálsamo para mi alma en una situación de caos total. Creyendo siempre que lo hacía por y para mi, lo cual no era del todo cierto.
Comprendí que si nuestro cuerpo generaba ciertas emociones, síntomas o dolencias él mismo podría sanarlo, lo cual marcó un antes y un después en mi vida.
Yoga para mi es más que un asana, más que un momento del día en mi esterilla, más que una clase en una sala, mucho más. Es una filosofía de vida, es la senda de un camino interminable a lo largo de la vida que se construye con y para el otro a través de un trabajo personal muy profundo.
Estas son algunas de las razones por los que elijo colaborar con Yoga sin fronteras, un yoga inclusivo, un yoga que muestra todo lo que tenemos para compartir y crecer, un yoga que no conoce raza, religión, no señala, no impone.
Me gusta pensar que no soy yo quien enseña como tal, simplemente comparto, y en ese compartir se produce una simbiosis de constante crecimiento.
