La capacidad de manejar el estrés y las emociones intensas de manera adecuada es esencial para nuestra salud mental y física. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a situaciones de estrés, trauma o ansiedad, nuestra capacidad de autorregulación emocional puede verse desbordada, lo que dificulta nuestra respuesta adaptativa ante los desafíos de la vida. Es aquí donde entra el concepto de la ventana de tolerancia, un modelo utilizado en la psicología y la neurociencia para entender cómo las personas manejan el estrés y las emociones.
Este artículo profundiza en qué es la ventana de tolerancia, cómo las experiencias traumáticas y el estrés afectan nuestra capacidad de autorregulación emocional, y cómo el yoga puede ser una herramienta clave para ampliar nuestra ventana de tolerancia, promoviendo un mayor bienestar.
¿Qué es la ventana de tolerancia?
El concepto de la ventana de tolerancia fue introducido por el neurocientífico Dr. Dan Siegel, quien definió este término como el rango óptimo de activación emocional en el cual una persona puede funcionar de manera efectiva. En otras palabras, es el rango de emociones y sensaciones que una persona es capaz de experimentar y manejar sin sentirse abrumada o desconectada. Dentro de esta ventana, somos capaces de pensar con claridad, tomar decisiones de manera racional y responder de manera adaptativa a las circunstancias.
¿Cómo se activa la ventana de tolerancia?
Cuando estamos dentro de nuestra ventana de tolerancia, nuestro sistema nervioso está equilibrado, lo que nos permite manejar el estrés y las emociones intensas de manera saludable. Sin embargo, cuando una persona experimenta un trauma, estrés crónico o situaciones de alta ansiedad, es fácil que se desborde fuera de esta ventana. Esto puede llevar a dos posibles respuestas:
Sobreactivación (fuera de la ventana hacia la hiperactivación): Esta es la respuesta de «lucha o huida». El sistema nervioso simpático se activa, y la persona se siente ansiosa, agitada o emocionalmente fuera de control. Esta respuesta está asociada con el aumento de la frecuencia cardíaca, la tensión muscular y el pensamiento acelerado.
Hipoactivación (fuera de la ventana hacia la desconexión o congelamiento): En este caso, la persona experimenta una desconexión emocional, sintiéndose apática, desinteresada o desconectada de la realidad. Es una respuesta de «congelación» o «desesperación», que puede incluir síntomas de depresión, disociación o sensación de no poder actuar.
Estas respuestas son mecanismos de defensa que pueden ser útiles en situaciones de peligro inmediato, pero cuando se activan de manera crónica o innecesaria, afectan negativamente nuestra capacidad de autorregulación emocional, nuestras relaciones interpersonales y nuestra salud mental.
El impacto del trauma en la ventana de tolerancia
El trauma, especialmente cuando es crónico o no procesado adecuadamente, puede estrechar nuestra ventana de tolerancia, reduciendo el rango de emociones que podemos manejar de manera efectiva. Las personas que han experimentado eventos traumáticos pueden ser más propensas a estar en un estado constante de sobrecarga emocional o desconexión, lo que les dificulta mantener un equilibrio emocional saludable.
Según el Dr. Bessel van der Kolk, uno de los principales expertos en trauma, el trauma afecta la capacidad del cerebro para procesar emociones de manera adecuada. En su libro The Body Keeps the Score, el Dr. Van der Kolk describe cómo el trauma puede alterar el sistema nervioso autónomo y cómo esto puede reducir la capacidad de la persona para autorregularse (Van der Kolk, 2014).
Cuando la ventana de tolerancia se ve reducida debido a experiencias traumáticas, las personas pueden estar constantemente en un estado de alerta elevada, lo que les lleva a responder de manera excesiva a situaciones cotidianas (hiperactivación) o desconectarse emocionalmente de su entorno (hipoactivación). Esta disfunción del sistema nervioso afecta no solo a la salud mental, sino también a la salud física, contribuyendo a la ansiedad crónica, la depresión, la fatiga y otros problemas relacionados con el estrés.
¿Cómo puede el yoga ayudarte a ampliar tu ventana de tolerancia?
El yoga, con su enfoque holístico en la mente, el cuerpo y la respiración, ofrece una vía efectiva para ampliar la ventana de tolerancia y mejorar la capacidad de autorregulación emocional. A través de la práctica regular de yoga, las personas pueden aprender a regular su sistema nervioso y a manejar las emociones intensas de una manera más efectiva. A continuación, se detallan algunas maneras clave en que el yoga puede ayudar en este proceso:
1. Activación del sistema nervioso parasimpático
El yoga fomenta la activación del sistema nervioso parasimpático, que es responsable de la relajación, la digestión y la recuperación. A través de la respiración profunda y las posturas de yoga, el cuerpo entra en un estado de calma, reduciendo la activación del sistema nervioso simpático (lucha o huida). La respiración controlada y las posturas de yoga ayudan a regular la respuesta del cuerpo al estrés, permitiendo que la persona se recupere y se reconecte con su cuerpo de manera suave y segura.
Un estudio realizado por Tyagi y Cohen (2016) mostró que la práctica de yoga aumenta la variabilidad del ritmo cardíaco, un indicador clave de la salud del sistema nervioso parasimpático (Tyagi & Cohen, 2016).
2. Conciencia corporal y presencia
La práctica del yoga también fomenta la conciencia corporal, lo que significa estar más en contacto con las sensaciones físicas del cuerpo en el momento presente. Al centrarse en el movimiento consciente y la respiración, las personas pueden comenzar a reconocer las señales de estrés o incomodidad en su cuerpo antes de que estas emociones se intensifiquen.
Este tipo de atención plena (mindfulness) permite que las personas se mantengan dentro de su ventana de tolerancia, ayudándolas a identificar cuando están a punto de salir de ella, y les proporciona herramientas para volver a un estado de equilibrio. Según un estudio publicado en Psychological Trauma, el mindfulness y las prácticas de yoga ayudan a las personas a regular las respuestas emocionales y a mantener la calma en momentos de estrés (Bajaj et al., 2018).
3. Reducción de la reactividad emocional
A través de la práctica regular de yoga, las personas pueden aprender a reducir la reactividad emocional frente a situaciones estresantes. Las posturas de yoga y las prácticas de respiración enseñan a los participantes a responder de manera más adaptativa a sus emociones, en lugar de reaccionar de forma impulsiva o desconectarse emocionalmente.
El yoga también promueve una mayor regulación emocional, lo que permite a las personas mantenerse dentro de su ventana de tolerancia incluso en situaciones emocionalmente intensas. Esto es especialmente útil para quienes han experimentado trauma, ya que les ayuda a recuperar el control sobre sus respuestas emocionales y a aumentar su capacidad para enfrentar situaciones difíciles de manera tranquila y centrada.
4. Fortalecimiento de la resiliencia
La práctica regular de yoga puede fortalecer la resiliencia emocional, lo que implica la capacidad de adaptarse de manera efectiva a las adversidades. A través de la repetición de posturas y respiraciones que desafían el cuerpo y la mente, los practicantes de yoga desarrollan una mayor tolerancia a las incomodidades físicas y emocionales. Esto les ayuda a ampliar su ventana de tolerancia, aumentando su capacidad para gestionar el estrés y las emociones sin sentirse abrumados.

El yoga como herramienta de sanación y autorregulación
La ventana de tolerancia es un concepto esencial para comprender cómo manejamos el estrés y las emociones intensas. Para aquellos que han experimentado trauma, el yoga ofrece una herramienta poderosa para ampliar esa ventana, proporcionando un medio para regular el sistema nervioso, reconectar con el cuerpo y fomentar la resiliencia emocional.
A través de la práctica de yoga, las personas pueden aprender a manejar las respuestas emocionales y físicas al estrés, promoviendo un mayor bienestar y una vida emocional más equilibrada. El yoga no solo ayuda a las personas a mantener su ventana de tolerancia abierta, sino que también les ofrece las herramientas para vivir con mayor calma, presencia y resiliencia.
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Referencias:
Van der Kolk, B. (2014). The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma. Penguin Books.
Bajaj, B., et al. (2018). Mindfulness and Yoga for Trauma Survivors. Psychological Trauma: Theory, Research, Practice, and Policy, 10(6), 688-696. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
Tyagi, A., & Cohen, M. (2016). Yoga and Heart Rate Variability: A Comprehensive Review of the Literature. PLoS One. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/